Cosas curiosas de la vida. Alguien que conoces desde hace tiempo. Ya tienes adoptada un tipo de comunicación con esa persona. Compartes momentos, vivencias, es parte de tu vida y crees que conoces cómo es. Por circunstancias de la vida la distancia os separa. Dejáis de hablar tan seguido y finalmente acabáis por perder contacto. Después de mucho tiempo algo te recuerda a esa persona y decides escribirle para saber si todo le va bien. Comenzáis a hablar de nuevo más seguido. Incluso puede que hasta surja la oportunidad de volver a veros. Y te das cuenta de que aunque estás ante la misma persona no hay la misma comunicación entre vosotros. Habláis de cosas que jamás te hubieras imaginado. Surge una conexión que no habíais notado antes.Te sorprende. De repente esa persona que ya había pasado por tu vida te está mostrando una parte de ella que nunca habías visto (y quizá tú estás abriéndote más de lo que te habías abierto hasta el momento). Encuentras a alguien que te inspira, te comprende y te apoya como nadie antes lo había hecho. Y asombrada por quién acabas de volver a conocer te preguntas:
¿Cómo no habíamos congeniado de esta manera la primera vez que compartimos una parte de nuestra vida? ¿Cambió esa persona? ¿Cambié yo? ¿O los dos?
Sea como sea, solamente puedo dar las gracias por volver a conocer a esas personas. Por esas sorpresas que te da la vida. Por encontrarme a esos angelitos vestidos de amigos que de repente te dan la respuesta que necesitas.
Y vivencias como estas me vuelven a recordar y reforzar que ...
La locura más brillante puede estar ocurriendo
y
Todo es posible
Tal y como comentas, volver a conocer a esas personas es todo un placer. Porque de otra forma no os habríais vuelto a conocer. Y sí, supongo que cuando pasa eso es porque los dos han cambiado.
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